Este mismo fin de semana, mirando una estantería encontré un libro: “el dilema del prisionero”; reconozcamos que como título es francamente bueno y ciertamente ese libro no es mío, llevo pasando delante de ese libro que lleva en ese mismo sitio 4 años (tiene delito). Me pongo a leer la sinopsis y resulta que es una teoría en “desarrollo” desde 1950 y “nominada” en 1995,… me lo explican y no le encuentro mayor misterio al “dilema”, pero y si lo aplicamos a la Guerra Fría, adquiere una nueva dimensión.
Esto viene a explicar lo que venimos apreciando hace ya un tiempo, y sobre todo ahora con el boom de competencia, respecto al tema de la publicidad y concretamente sobre adwords.
Hoy en día no supone un problema para nadie aceptar que la publicidad es absolutamente necesaria, una inversión, no un gasto o dispendio, en difusión de nuestra marca en pos de nuestros intereses (quien abandona esta lucha está destinado a morir). Ahora ...
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En esta vida no hay que intentar correr antes de andar y en cuestiones empresariales siempre debemos ir con pies de plomo, porque nos jugamos dinero e imagen. En las múltiples opciones para mover la publicidad de nuestra franquicia y conseguir más franquiciados, nos encontraremos con multitud de opciones para dar a conocer nuestra idea. Una de ellas, muy valiosa y efectiva es ADWORDS.
No se lancen a la piscina tan pronto, siempre debemos asegurarnos de que hemos cubierto lo recomendable, lo necesario y básico antes de llegar a opciones como éstas, pero supongamos que todo lo anterior ya lo hemos hecho. ¿Y ahora qué?
Hacer adwords es fácil (conocerán a gente que les diga que es la herramienta más irrecomendable), precisamente por ello hay que detenerse y pensar. Les decía hacer publicidad a través de adwords es sencillo (sólo hay que conectarse a Google y contratar por nosotros mismos). Lo difícil es que sea efectivo y razonable en cuanto a costes.
Hay muchísimos factore...
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Le tengo tirria a los ordenadores y me casé con un informático. Pero no me casé con él ni por guapo, ni por listo, ni por rico, sino porque con una sola palabra me detuvo en medio de mi camino al despacho del jefe. Yo era joven, mona, andaba (y ando) como una bala, iba con el pavo subido que se dice. Y sí, yo le dije “lo superarás” y él me dijo “sí, yo creo que sí” y nos miramos con odio. Así surgió todo.
Si ahora les digo que Marilyn Monroe se llamaba Norma Jean no sé qué (puede que los puristas hasta me indiquen su apellido real), y que Marilyn era sólo un nombre artístico con el que se quedó, nadie se sorprenderá; es de dominio público. Pero ha pasado a la historia y todos sabemos de quién hablo. De hecho si la buscamos en la red aparecerán miles de referencias y hasta publi bajo su denominación.
Construir una imagen y que sea asociada a una o un grupo de palabras es muy difícil, dar con esa “chispa de ingenio” que nos diferencie, que ...
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